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martes, 11 de septiembre de 2012

Coalición pro-ACTA en México pide multas de casi un millón de dólares por descargas

Las organizaciones en defensa del copyright no quitan el dedo del renglón. Gilda González, presidenta de la Coalición por el Acceso Legal a la Cultura (CALC), pide una sanción de hasta 12 millones de pesos (cerca de un millón de dólares) para las personas que alojen, intercambien o descarguen material protegido. Esta sanción se lograría si se aprueban reformas como la propuesta del senador Federico Döring, la cual pretendía dar facultades casi policiacas al Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI).




El CALC es un organismo creado en noviembre de 2009, conformado por 37 organizaciones de artistas, intérpretes, músicos, cineastas y otros trabajadores de la cultura. Entre los objetivos originales del CALC se encuentran la aplicación de la Licencia de Copia Privadala regulación de los servicios de Internet -tanto de los proveedores como de los usuarios-; y tipificar en el Código Penal Federal a la piratería (¿qué se considera como piratería?) como delito que se persiga de oficio.
Es importante recalcar que el CALC es uno de los principales impulsores del ACTA en México, al grado de la colusión entre empresas y gobierno. Gilda González, hoy presidenta del organismo, fue una de las involucradas en la negociación de ACTA por parte del gobierno federal en 2010. Un cable filtrado por WikiLeaks muestra su participación:
Los oficiales mexicanos de propiedad intelectual expresaron un fuerte interés en tener a México como participante de las negociaciones multilaterales que buscan un nuevo acuerdo internacional para fortalecer la protección a los derechos de propiedad intelectual más allá de los niveles establecidos en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio de la Organización Mundial del Comercio. Estados Unidos, Canadá, Japón, la Unión Europea y Suiza se han puesto de acuerdo en un texto conceptual que establece los elementos básicos de este Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA).
En una videoconferencia digital sostenida el 9 de agosto, oficiales de Estados Unidos explicaron estos elementos a Gilda González, Directora de Protección a la Propiedad Intelectual; e Irma Herrera, Coordinadora de Asuntos Internacionales, ambas del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual. González dijo que otras agencias mexicanas deberían ser consultadas, pero que el gobierno mexicano sería capaz de proveer una respuesta firmada sobre su participación a mediados de septiembre, cuando los Estados Unidos y otras naciones involucradas esperan anunciar el inicio de las negociaciones.
En su entrevista con El Universal, Gilda González señala que nunca se ha hablado de pedir cárcel o desconexión definitiva a alguien, “sino de que a quien lo haga, se le avise, se le notifique que está haciendo algo ilegal y sino hace caso, que haya sanción.” En sus palabras, señala que los titulares de derechos de una obra protegida por copyright iniciaría el procedimiento. Al ver su obra en Internet, ellos entraría a un software que le permitiría ver la dirección IP del supuesto infractor. De ahí, irían con la autoridad correspondiente, quienes pedirían al proveedor de servicios los datos del usuario; acto seguido, se enviaría una notificación, y en caso omiso, se impondría una multa.
Aunque González señala que no hay espionaje (que sí lo habría, en caso de vigilarse las redes p2p), olvida mencionar las múltiples ilegalidades en este proceso. En primer lugar, las autoridades no tienen facultades para exigir datos personales de usuarios sin una orden judicial; de ahí la necesidad de hacer las reformas -como la que se hizo con la infame Ley de Geolocalización-. En segundo lugar, se asume que una dirección IP equivale a una persona, algo que ya ha sido desestimado en tribunales de países como Reino Unido. La titular de la CALC está consciente de este punto, pero parece no importarle:
Es como cuando a un auto le toman fotos por infracción y se podría decir que era el hijo, el hermano o la abuelita la que manejaba, pero no importa, sino las placas y su propietario.
¿Qué pasa si hay una descarga desde una red inalámbrica abierta? En Estados Unidos se han presenta casos inverosímiles como la demanda a un ciego por supuestamente bajar una película porno. Tampoco mencionalas demandas colectivas o las extorsiones bajo amenaza: un usuario recibe una notificación, y para evitar que lo lleven a juicio, le hacen pagar una multa preventiva (en EE.UU, en promedio ascienden a tres mil dólares). Por supuesto, ninguna persona común puede pagar 12 millones de pesos, así que este modus operandi es ideal para que la industria saque más dinero.
Gente como Gilda González demuestra la colusión de los intereses personales con el gobierno, proponiendo legislaciones que no miran por el beneficio común. Para que ACTA o TPP entren en vigor, es necesario que México reformule sus legislaciones sobre propiedad intelectual. Ante ese escenario, los defensores del copyright se frotan las manos para obtener ganancias, a pesar de que las sanciones que propongan carezcan de sentido común. Desestiman estudios que señalan que el impacto de las descargas en disminución de ventas es prácticamente nulo o que el intercambio de ficheros beneficia a los creadores. Olvidan que hay escritores, músicos, artistas y productores que han hallado éxito en otros modelos económicos apoyados. Lamentablemente, prefieren criminalizar antes que replantear, y castigar antes que comprender.

Google censura a The Pirate Bay eliminándolo de las sugerencias a los usuarios

Como era de esperar según la hoja de ruta que había tomado el gigante en las últimas semanas, The Pirate Bay acaba de ser incluido en la lista de términos censurados por Google. A partir de ahora, los usuarios no encontrarán ningún dominio de TPB en las sugerencias de Instant y Autocomplete.




Y es que desde el mes de enero del 2011, Google comenzó a censurar sitios relacionados con la “piratería” a sus términos de búsqueda. Una acción encaminada a desactivar las sugerencias que le aparecían a los usuarios cuando buscaban en Instant y Autocomplete.
Junto a los términos relacionados con la piratería la compañía ha ido añadiendo otros como aquellos que sugerían contenido adulto, referencias a órganos sexuales u otro tipo de contenidos que se ha impuesto Google como censurables.
Los primeros términos relacionados con la piratería que se “eliminaron” de las sugerencias fueron rapidshareutorrentmegauploadbittorrent o torrent. Un movimiento que nos indicaba cómo la compañía apoyaba las campañas anti-piratería posicionándose contra la infracción de los derechos de autor.
Desde TorrentFreak se han puesto en contacto con un portavoz de TPB acerca de este nuevo movimiento por parte del gigante. A juicio de la página:
No nos hace ni el más mínimo daño estos intentos de mantener a la gente alejada del sitio. No hemos notado ninguna disminución que llegue desde Google, y si llegara el caso, tampoco sería un problema, ya que un sólo un pequeño porcentaje de tráfico de TPB viene desde los motores de búsqueda de Google.
En cambio, según explica el gigante, estas medidas sí son eficaces para reducir la piratería:
La compañía no está tratando de evitar que los usuarios accedan a The Pirate Bay, pero tampoco queremos sugerir a las personas que sólo escriben “The” ya lleguen al sitio. Si bien no existe una línea clara sobre la infracción, esta medida es una de las varios que hemos puesto en marcha para frenar la infracción del copyright online.
Este último movimiento de la compañía llega un mes después de anunciar el conocido como downranking, un sistema contra aquellos sitios web que reciben avisos de eliminación por infracción del copyright. Páginas que caen en el ranking de búsqueda según el número de notificaciones subiendo otras “legales” en su lugar.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Investigadores detectan vigilancia masiva a usuarios P2P




Investigadores de la Universidad de Birmingham han presentado en la conferencia de seguridad SecureComun estudio que alerta de una “vigilancia masiva” en las redes de pares e intercambio de archivos y en especial las que usan el protocolo BitTorrent.
“La vigilancia es frecuente para los contenidos populares, como los torrents más descargados de The Pirate Bay, pero no aparece en los contenidos menos populares”explican.
Según dicen, es la primera vez que se mide esta vigilancia directa identificando diez fuentes de seguimiento“La mayor parte de los vigilantes a gran escala que hemos detectado son compañías de hosting (que dan alojamiento a webs), que habrían estado ejecutando el software para un tercero. Por lo tanto, no podemos identificar con seguridad quién estaba realmente llevando a cabo la vigilancia”.
No es la primera vez que se sospecha que las redes de intercambio de archivos cuentan con un seguimiento específico de la industria del entretenimiento y organizaciones de derechos de autor a la caza de los usuarios infractores de material con copyright.